Resulta interesante descubrir en las Escrituras que el hombre fue creado para ser rey de este mismo modo. Es un modelo que nos hemos encontrado con anterioridad. A cada uno de nosotros nos ha sido concedido un reino sobre el que gobernar y nuestra alma es nuestro reino, incluyendo las facultades de la mente, las emociones y, sobre todo, el derecho a escoger. El cuerpo del hombre es la capital de este reino. El imperio incluye todo aquello sobre lo cual ejerce su influencia o lo que toca. El rey, sentado sobre el trono de ese reino, es la voluntad. También hay, como veremos, un miembro oculto en nuestra vida, la vida interior o el espíritu. Esta es la parte más profunda y sensible de nuestro ser, la parte diseñada para tener comunión con Dios, el lugar en el que Dios mismo ha de residir.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
Paralelismo con nuestras propias vidas
Resulta interesante descubrir en las Escrituras que el hombre fue creado para ser rey de este mismo modo. Es un modelo que nos hemos encontrado con anterioridad. A cada uno de nosotros nos ha sido concedido un reino sobre el que gobernar y nuestra alma es nuestro reino, incluyendo las facultades de la mente, las emociones y, sobre todo, el derecho a escoger. El cuerpo del hombre es la capital de este reino. El imperio incluye todo aquello sobre lo cual ejerce su influencia o lo que toca. El rey, sentado sobre el trono de ese reino, es la voluntad. También hay, como veremos, un miembro oculto en nuestra vida, la vida interior o el espíritu. Esta es la parte más profunda y sensible de nuestro ser, la parte diseñada para tener comunión con Dios, el lugar en el que Dios mismo ha de residir.
Historia de Ester
Tuvieron lugar durante los días de la cautividad de Israel cuando estuvo sometida como nación a esclavitud en Babilonia. Durante los tiempos de aquella cautividad surgió un hombre que, como primer ministro de Babilonia, lanzó un ataque contra los judíos e intentó borrar a este pueblo de la faz de la tierra, de la misma manera que Hitler lo intentó en época más reciente, pero Dios se movió de manera maravillosa para librar a su pueblo por medio de Ester, que se convirtió en reina de este reino extranjero.
Tenemos en este libro una de las historias más emocionantes de todos los tiempos. Es mucho más que el relato del poder de que se vale Dios para librar a los judíos. En un sentido, es el relato más extraordinario de la Biblia porque el nombre de Dios no aparece para nada en él y tampoco se mencionan ni el cielo ni el infierno. No se habla en él de nada que resulte especialmente religioso, sino que es más bien la clase de historia que podríamos encontrar en las páginas de cualquier revista literaria, pero sin embargo la encontramos en la Biblia.