miércoles, 16 de diciembre de 2009

Paralelismo con nuestras propias vidas



Mucho se han preguntado a qué es debido y la respuesta es que es un maravilloso paralelismo de lo que está sucediendo en nuestras propias vidas. Lo que hace que este sea un libro fascinante es que ésta es nuestra historia. Al seguir los acontecimientos de este libro, podemos ver con la exactitud que sirve de ejemplo de lo que nos pasa a nosotros cuando Dios obra en el corazón humano. Pablo nos ofrece la clave en el Nuevo Testamento cuando dice: "...estas cosas...están escritas para nuestra instrucción, para nosotros sobre quienes ha llegado el fin de las edades. (Iª Cor. 10:11) Es la historia de un rey y de su reino. El rey se divorcia de la reina que está junto a él cuando comienza la historia y, por ello, se convierte en un hombre solitario por propio decreto. Se siente impotente, al no poder cambiar el decreto una vez que ha sido publicado, y en su soledad comienza a buscar a una nueva reina. Al leer esta historia nos encontramos con que tiene un paralelismo con lo que le sucede a la humanidad. El libro empieza durante un período de paz y de bendición cuando el rey da una gran fiesta para los señores del reino. Allí acuden cientos de miles de personas y la fiesta dura seis meses. Durante este tiempo el rey no tuvo otra cosa que hacer que exhibir con esplendidez la gloria y la belleza de su reino.
Resulta interesante descubrir en las Escrituras que el hombre fue creado para ser rey de este mismo modo. Es un modelo que nos hemos encontrado con anterioridad. A cada uno de nosotros nos ha sido concedido un reino sobre el que gobernar y nuestra alma es nuestro reino, incluyendo las facultades de la mente, las emociones y, sobre todo, el derecho a escoger. El cuerpo del hombre es la capital de este reino. El imperio incluye todo aquello sobre lo cual ejerce su influencia o lo que toca. El rey, sentado sobre el trono de ese reino, es la voluntad. También hay, como veremos, un miembro oculto en nuestra vida, la vida interior o el espíritu. Esta es la parte más profunda y sensible de nuestro ser, la parte diseñada para tener comunión con Dios, el lugar en el que Dios mismo ha de residir.

Historia de Ester

Esta pequeña joya, oculta en un rincón oscuro del Antiguo Testamento, es un libro sumamente rico y además es histórico. Aunque lamentablemente sigue habiendo actualmente personas que afirman que algunos de los relatos del Antiguo Testamento son leyendas, existe evidencia substancial de que los acontecimientos que se cuentan en Ester sucedieron de verdad.

Tuvieron lugar durante los días de la cautividad de Israel cuando estuvo sometida como nación a esclavitud en Babilonia. Durante los tiempos de aquella cautividad surgió un hombre que, como primer ministro de Babilonia, lanzó un ataque contra los judíos e intentó borrar a este pueblo de la faz de la tierra, de la misma manera que Hitler lo intentó en época más reciente, pero Dios se movió de manera maravillosa para librar a su pueblo por medio de Ester, que se convirtió en reina de este reino extranjero.



Tenemos en este libro una de las historias más emocionantes de todos los tiempos. Es mucho más que el relato del poder de que se vale Dios para librar a los judíos. En un sentido, es el relato más extraordinario de la Biblia porque el nombre de Dios no aparece para nada en él y tampoco se mencionan ni el cielo ni el infierno. No se habla en él de nada que resulte especialmente religioso, sino que es más bien la clase de historia que podríamos encontrar en las páginas de cualquier revista literaria, pero sin embargo la encontramos en la Biblia.